Se plantea el hotel en una esquina de una parcela mayor en la que, en el futuro, se completará la manzana con otros tres edificios. Esto unido a la necesaria conexión física del edificio con la terminal, determinan la forma en L del complejo.
Para las fachadas se hace un estudio de protección solar combinado con una imagen cambiante y dinámica acorde con la gran actividad del entorno en el que se ubica. Y las diferencias de usos que se dan de abajo a arriba.